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Historia vieja

Esta historia permite entender la narrativa alrededor del posible usuario de nuestro emprendimiento.

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Mi nombre es Cristian, nací y crecí en una vereda en la sabana de Bogotá, he estado aquí toda mi vida. De niño corría por los potreros, ayudando a mi madre con las pocas vaquitas que teníamos y que nos daban de comer a mí y a mis 5 hermanos.

Hoy que estoy grande, vivo con mi esposa y mis tres hijos en el mismo lugar. Trabajo todos los días como guardia de seguridad de un edificio en el norte de la capital. Cada mañana me levanto antes de que salga el sol, me alisto y después de darle un beso en la frente a cada uno de mis bebés, parto hacia mis labores.

No es fácil lo que hago, a veces me dan ganas de quedarme en la cama o de salir a caminar por las destapadas que tanto conozco, pero siempre me levanta el deseo que tengo por sacar a mi familia adelante y darles la mejor calidad de vida y bienestar posible.

Siento que soy afortunado, en medio de todo, hoy tengo a lo que más amo a mi lado y puedo, a través de mi esfuerzo, darles un plato de comida en la mesa, educación y los servicios básicos en la casa (agua, luz y teléfono).

Formar un hogar no ha sido sencillo, con mi amada esposa, cada vez que queremos comprar un electrodoméstico, debemos buscar a un familiar o un banco que nos preste el dinero para poder pagarlo a cuotas. Por esta razón, cuando la luz viene y se va o tiene picos fuertes y sufren daños, es muy doloroso ver como todo el esfuerzo se pierde y hay que empezar de nuevo.

Muchas veces hemos ido a presentar quejas de varias formas ante la empresa que provee el servicio, sin embargo ellos se lavan las manos y le echan la culpa a las personas y entidades que generan la energía en la zona. También hemos ido a la alcaldía para intentar buscar apoyo de las autoridades, pero el gobierno no les presta atención a familias humildes como la mía y muchas más que vivimos en esta región.

A causa de esta situación, hemos perdido mucho dinero que podrían mejorar las condiciones de vida de mi familia como un mejor colegio, clases de inglés, juguetes o incluso un paseo corto de vez en cuando. ¿Será que lo mejor es movernos a la ciudad como la mayoría de nuestros vecinos? ¿Vivir en arriendo y dejar mi casa de la infancia feliz que recuerdo por darle una mejor calidad de vida a lo que más quiero hoy?

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